martes, 4 de marzo de 2014

carnavaleando

Salta, Tucumán, Amaicha, los anteojos simil madera, la hippie anorexica, la hippie demasiado hippie, la vieja que juega a ser hippie... es más linda la belleza natural y el "todos nos disfrazamos para pertenecer", los "ex", los cómo me gustaría estar con un fibroso y/o un judío, el buey pequeño, la bruja de su madre, el "sos igualita a la mina por la que me dejó", el rayado, los cumbieros y "la suerte de la fea, la linda la desea", la profe, el alumno confianzudo, el colador, Bécker y el afroboliviano, dos de carne y las humitas con zapallo, las chichudas y las deschichadas, la importantcia del whatsApp y el matecito con chocolinas, el murciélago, el fumo aveces y el dejé de fumar... la vieja literalmente pedorra, el "perdón me tiré un pedito", y la teoría del control voluntario de esfínteres; la educación es una mierda, y las generalizaciones, los judíos, la realidad social de la provincia, el país y latinoamérica, doctorados y facebook, sertal, ibuprofeno, forros gratis y toallitas sueltas, las risas y las discusiones apasionadas, la pulsera de lana vip y su mirada láser, los targget´s y sus epistemes, la hiperquinesis y la tranquilidad, el colectivo que se vá y el que no llega... Vivir sola te vuelve muy boluda y quiero tener un hijo, el catolicismo, el ateísmo y el agnosticismo, los bromatólogos son veterinarios y ella hace la chocotorta con receta propia...Me muero muerta y prestame el jabón, cuando me fuí a Brasil, España y ¿Perú tiene playas?; quiero viajar a Ecuador, Granada, Tailandia, extraño mi perro o extraño mi cama... La vieja y su tapper, 250 gramos de pepas que no son de masa de pepas y  los "me parece que traje demasiadas cosas", la maratonista del "llego tarde" y su amiga la tortuga... La vieja, su enojo, su pollo y sus escandalosas evacuaciones nocturnas... El Fisu y su "¿qué haces loca?", el mix de canciones, las letradas y mis errores de ortografía... Las despedidas, los reencuentros de los viejos amigos, y el descubrimiento de los nuevos...

Cuarenta y ocho horas de insólita intensidad.... ¡Gracias por tanta magia!.... Ahora sí, ¡bienvenida cotidianidad!

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