miércoles, 25 de junio de 2008

GRRRR...

Si vas a quererme, por favor que sea por hoy...
Por el día que te perdoné la vida, y te dejé vivir creyendo que mañana serías mejor...

sábado, 21 de junio de 2008

Esa orilla, su orilla, la orilla de ambos


Se detuvo a esperar que un día la vida llegara a su orilla y la sorprendiera. Se asombró con las cosas pequeñas. Con curisosidad espió en la casa del vecino. Bebió la sangre de sus venas y estiró su piel hasta destruirla.

Decidió que esperaría.

Pensó que alguien la descubriría y la tomaría de la mano.

Se ocultó de la gente, temía que la encontrara la persona equivocada.

Alguien se detuvo un día, la vió ahí sentada y creyó que si se sentaba por un tiempo a su lado alguien los descubriría a ambos (se dijo: dos personas llaman la atención mucho más que una sola), y ahí se quedó, esperando que alguien llegara a esa orilla en la que ahora habitaban dos.

Decidió que esperaría.

Así, sin invitación, sin grandes compromisos, sin introducciones ni modales, invadió su orilla, y el espacio que antes era para ella sola, se redujo...

Se acostumbró a dormir en la esquina de la cama, a comer con él, a compartir las cosas que no le sobraban... con el tiempo, empezo a ocuparse tanto de su bienestar que olvidó los motivos que la habían conducido a esperar algo, alguien, "un algo", en esa orilla, su orilla, ahora la orilla de ambos.

Por un tiempo fue agradable su compañía (claro, también existieron los días en los que la convivencia ardía en esa incómoda orilla, y ni hablar de las mañanas en los que los atrapó la rutina).

Ella se despertó en la mitad de la noche temblando de frío...desesperada buscó con sus manos el cuerpo tibio de su compañero de orilla... no estaba... creyó que si espearaba él volvería a la orilla, porque claro no podía imaginarse la vida fuera de esa incómoda esquina en la que ambos se hicieron tanta compañía.

Dejó deshabitada la esquina en la que el dormía, a pesar de que su incómodo y tibio cuerpo ya no estaba, ella decidió que ese espacio seguiría siendo suyo para cuando decidiera volver a la incómoda esquina de su orilla.

Uos mese más tarde (en realidad fueron horas, pero no queremos que la gente descubra la trsite historia de "la mujer que fue olvidada en su orilla"), bue!, unos "meses" más tarde alguien se detuvo para confesarle que la amaba y que no la había olvidado, ella estaba feliz, había regresado... su brazo se enredó en la cintura de una mujer...él la miró, y abrazado a esta extraña se alejó...

Por fin uno de ellos habá sido rescatado de la incómoda orilla, uno (de ambos) era feliz.

Él ya tiene una hija, él sigue mintiendole que la ama, cada tanto pasa a visitarla por su orilla para declararle que no la olvida...

Yo sé que él miente, pero (aunque intento que suceda de otra manera) su esquina en mi cama sigue vacío, todavía ( y después de tanto tiempo) lo espero.

Me detuve a esperar que un día la vida llegara a mi orilla y me sorprendiera....

Me decidí a esperar -te

martes, 3 de junio de 2008

Lo siento, no eres tú el parásito...(esta vez)

Hace algunos años leí un cuento de Borges, en el que un niño buscó por varias semanas a un hombre muerto en los cuartos sin luz...
Esa situación se ha presentado muchas veces en mi vida. Más de una vez me encontré buscando gente muerta....
Las pérdidas siempre son dolorosas ("no me gusta perder cuando juego"), buscar las cosas perdidas suele ser recurrente.
Me quedé pensando que demonios escribiría, pues como siempre, el caballero de la armadura oxidada hace sus apariciones (siempre traumáticas).
Es verdad, lo admito, cómo podría negarlo, fue especial, fue importante, lo busqué por los cuartos sin luz...pero ha pasado tanto tiempo...ya no escribo para usted, la mayoría de las veces escribo para mí...
Tengo días "ovulatorios" (je!), en los que se me dá por pensarlo...pero ha pasado tanto tiempo!, y ha muerto tantas veces!...
Hoy los cuartos tienen luz, hace tiempo que descubrí que no volvería a encontrarlo, hay días en los que soy feliz, y otros tantos en los que lloro...pero ya no es un parásito en mi vida, lamentablemente (porque es doloroso ser devorado) o afortunadamente (porque aveces es rico ser devorado), tengo un nuevo parásito en mi vida...usted también tendrá los suyos...
No lo llamo, nunca lo llamé (bue!, una vez lo hice y fue inútil, lo recuerda?).... por favor no se sienta llamado, ni decida aparecer... con un parásito tengo más que suficiente...
Mis respetos a quien participó en mi vida y me enseñó que nunca se llora lo suficiente.
No soy yo quien lo llama, lo está aclamando su vida!...
Nunca tuve dificultad para decir te quiero, y para decirlo no uso formas extrañas...es simple amar a alguien, el entorno es lo complicado (verdad nieri?)...
Lio te quiero, siempre voy a quererte...Federico no te llamo, no es ha ti ha quien quiero, es a tu recuerdo (cada día más borroso)...