jueves, 18 de mayo de 2017

Todo pasa

Se paró a mirar esa ventana por la que entraban las hojas de otoño... El suelo forrado de un otoñal amarillo, la habitación, su alma...

Caminó hacia el pasado, vió las ilusiones, las miserias. Se sentó a apreciarse (del verbo apreciar, porque se sentó a mirarse con cariño y amarse).

Lo vió quererla (aveces), lo vió retenerla para no perderla, lo vió estrujando su corazón...

Se asomó a la ventana, y lo vió irse, perderse entre la palidez del otoño.

Se observó llorando, suplicando... y se sentó a apreciarse (del verbo apreciar).

Y en otoño se despidió de ella, de esa ella que ya no está, que habita un amarillento pasado. Se despidió sabiendo que volverían a encontrarse, porque no puede escaparse de ese otoño en el que ya no la amaba.