martes, 16 de noviembre de 2010

No tiene caso huir

Asiento 22, pasillo, apenas la mochila entra bajo mis pies. Una chica me mira frustrada, seguramente pensó que viajaría sola... la ventanilla es suya, así que el viaje será más plácido para ella.

Me acomodo la capucha, "Bajan" me atormenta 02 minutos con 06 segundos, cierro los ojos, puedo verte recostado en ese asiento (ahora la ventanilla es tuya)... Estás ahí, adormecido, compartiendo ese viaje conmigo. Me acompañas, y tu compañía es tan cálida. No hablamos, no hace falta.

Me recuesto en tu hombro, me abrazas, me duermo, te duermes.

Siento movimiento, me despierto, la dueña de la ventanilla busca algo...-¿no viste mi celular?-pregunta... ¿Miraste en los bordes de tu asiento?- le digo... Y como si fuera yo una especie de vidente, ella encuentra en una esquina del asiento 23, ventanilla, su celular.

No puedo evitar sentirme molesta, ha interrumpido nuestra cita, me ha devuelto a la realidad de ese viaje interminable, en el asiento 22, pasillo. Y ahí está "Por mirarte", recordándome que todo fue un sueño...

El viaje duró 3 horas, puse todo mi empeño en dormir esas 3 horas, pero solo conseguí dormir 45 minutos, creo.

Otras canciones siguieron sonando en ese asiento 22, pasillo... (en ese orden)... todas tenían que ver contigo... "Lucha de gigantes" sonó 3 veces (tal parece que la grabé más de la cuenta, je!).

Yo sé que solo fuiste un sueño, una fantasía de las cosas que hubiese deseado encontrar, pero fue agradable encontrarte, fingir que existes, viajar 45 minutos a tu lado.


No quedan mucho por decir, de todas formas en sueños te encontraré... Sólo 2 cosas:

1). No existes, y sin embargo las letras siempre son para ti.

2). La Dimension Desconocida queda en algun punto entre Corrientes y Mercedes, en el asiento 22, pasillo.



Y es como dice el blogquecanta:

A veces el destino es como una pequeña tormenta de arena que sigue cambiando su curso. Tú cambias de dirección pero la tormenta te sigue. Vuelves a cambiar pero la tormenta se ajusta. Una y otra vez haces lo mismo, como un baile de mal augurio con la muerte justo antes de que se ponga el sol. Porque? Porque esta tormenta de arena no es algo que venga soplando desde muy lejos, algo que no tiene nada que ver contigo. Esta tormenta eres tú. Algo dentro de ti. Entonces lo unico que puedes hacer es darte por vencido, adentrarte en la tormenta, tapar tus oídos para que la arena no entre y caminar dentro, paso a paso. No hay sol ahí dentro, no hay luna, no hay direcciones ni sentido del tiempo. Solo una fina arena blanca revoloteando como huesos pulverizados.

Kafka en la orilla fragmento
Haruki Murakami

1 comentario:

s4nt0 dijo...

Las cosas mas grandes se encuentran en las mas pequeñas. Y es fácil explicarlo porque son tan grandes que nada las puede contener, se desbordan todos los días a todas horas, llenan el corazón y entonces se filtran por cada rendija y por cada grieta, logran entonces llegar a los rincones mas pequeños y cotidianos del carácter, como la forma en que uno ve la hora en su reloj, o el tono de voz con que uno contesta el teléfono.
Estoy seguro que hay guerras que se pudieron evitar con pequeños detalles en la ocasión adecuada.

Me hubiera gustado tener una etiqueta para mi, me gustan esos gestos pequeños desde siempre, esos a los que mucha gente no les presta atención, no lo dije porque bueno, esas cosas nacen.

Detalles pequeños y cotidianos, que sean de colores y a veces también en blanco y negro. En el momento menos esperado, espontáneos y explosivos producen un efecto único e inolvidable.

Que bonitos son los detalles, que feliz pueden hacerlo a uno en el momento indicado… y como pierden todo su peso cuando llegan 1 minuto después.