jueves, 26 de mayo de 2016

Selene

Me dijo que tenía miedo, que había decidido irse para siempre, que estaba buscando su destino, y que su destino arrancaba en Buenos Aires. Y con el heroismo que sólo te nace por los amigos, le dije "no tengas miedo, yo te acompaño"; y así, medio a las apuradas, armé el bolso (lo clásico: 1 o 2 calzones por día, un buzo, dos remeras, dos pantalones, 3 pares de media) y en un destartalado tour de compras recorrí las 22 horas que nos distanciaban.

Cuando llegué (un rato antes de sacarme la zunga de la mujer maravilla), descubrí que la mina la tenía súper clara... un hostel anti hippie espectacular, con una dueña estrambótica, que subarrendaba el piso de arriba para sesiones de brujería o algo medio místico... al principio me pareció todo muy natural, hasta que pelé la cartucherona que me regaló mi vieja, y saqué el shampoo 2 en 1, que me pone en el podio de los cancheros, y como refregándoselo por el rostro decidí instalarlo en el baño, para que cuando entre a cepillarse los dientes pueda tenerlo en un primer plano y envidiarlo... Ahí me dí cuenta, con el shampoo me despavilé...

Y es que la mina siempre se ocupó de mí, ahí inclusive, en el medio de su lucha existencial, iba a tener que cuidarme, soy un garrón.

Al lado de mi 2 en 1 pernoctaba su "Nuevo Dove Recuperación Extrema"... Su shampoo penetraba en el interior de las fibras capilares para reparar y fortalecer la queratina dañada... Mi 2 en 1 y yo somos un fraude.

Durante 2 semanas tuvo que facilitarme hasta el talco para los pies, qué papelón..

El primer día nos reventamos toda la guita en el súper. En nuestra defensa, sólo diré que cuando estás con una amiga, te sentís la Onássis, te relajás y hasta a la verdulería salís "como de shopping". Cómo cargamos la heladera de milanesitas de soja...

El segundo día ya no me bancaba, yo me daba cuenta, porque la conozco, entonces le compré esos peloncitos agrios de damasco... los escupió una cuadra... pero no van a creer que la flaca es todo puro glamour, ahí nomás peló dos alfajores triples y a los empujones los engullió.

Qué triste el día que me acompañaste a tomar el zaparrastroso colectivo que me traería de vuelta... yo envuelta en ese látex boliviano (que me obligó a llevar mi vieja), y vos impecable, con tú paragüitas nuevo, de vuelitos y tú olor a "Nuevo Dove Recuperación Extrema"... Qué triste ese día... Como el día que me dijiste que te ibas a vivir a Resistencia, así de triste...

Uno por los amigos hace un montón de cosas, pero los amigos por uno hacen muchas más.

Selene siempre me rescató, de mí, de los demás, de la vida.

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