martes, 26 de junio de 2012

el encuentro...

Camino por la misma calle dos veces al año, una por necesidad, la otra por casualidad; siempre me dá nostalgia... Mi adolescencia movió un par de baldosas, y allí están las muy desgraciadas, las flojas, esperándome, dos veces al año, en silencio, calladas, ansiosas por salpicar el agua sucia del pasado; y cuando parece que no puede ocurrir nada peor que el maldito chapuzón de mi pie calzando en la mugrosa vereda, está alí, parado en la esquina, mirando las palomas elevarse asustadas, huyendo; está allí, como si aún existiera, su maldito recuerdo (y digo maldito, pronunciando la endemoniada estela de lástima que dejó), ya no sé muy bien quién era, sólo sé, que dos veces al año, cuando camino por la misma calle, su recuerdo me estremece, y un frío tormentoso atraviesa mi estómago... siempre allí, en la misma esquina, por la misma calle.... su triste imágen atormentándome... Y como una bocanada, el semáforo cambia a verde, por suerte sólo dura una cuadra, más allá el presente, cálido, leal y seguro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la vereda es tan angosta..el recuerdo desborda hacia la calle, el color vinotinto de las paredes era el fondo que aparecía tras su rostro por cada mirada que le entregaba...mas de dos veces al año camino sin prisa por esas cuadras..alli todo es una laguna mansa...y en un bote inmovil, triste, con la mirada desnuda,... no se que espero... solo se que alli me siento seguro, amado, con el corazon inmenso,amando una muchacha que no encuentro...recordando mañanas sin sentir el paso del tiempo.