viernes, 4 de mayo de 2012

Soñar que despierto o no

Amanece a oscuras, apenas un minúsculo múculo cardíaco me incita a despertar, enciendo mis ojos y abro la luz, rápidamente las perversas sábanas tibias me enrosan y me arrastran a un culposo dormitar, pierdo la batalla......................................................................................................................

.... Quince minutos más tarde los pensamientos se amontonan y ese minúsculo músculo cardíaco ha apretujado a la conciencia hasta a asfixia. En una bocanada heroica de fé, el pulgar izquierdo de mi pie, emite una tímida contracción que activa los centros motores de mi cuerpo, que en cámara lenta elevan el tronco y me dejan sentada en el borde de la cama.... Allí estoy veintitres minutos post-despertador, mirando un punto inexistente en el infinito vacío que separa la cama de la pared, los ojos en compota siguen dormidos, no importa, no existo, para este entonces mi cerebro es una gelatina inerte.
De pronto el espasmo, una vieja neurona consigue una débil sinapsis. Los ojos en compota distinguen la pared, y se inicia el revuelo de prendas y el buzo que queda con la etiqueta bajo el mentón.

Llego tarde, allí están los impacientes dirigiéndome como puñales sus juiciosas pupilas ingurgitadas de ira... nunca falta el hipócrita que en un esfuerzo inútil dibuja una sardónica risa y pronuncia el - ¡Buen día Doctora!-

Aquí estamos el minúsculo músculo cardíaco, la vieja neurona y yo, siendo arrastrados por una rutina que interumpió nuestra cálida modorra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un pozo tan vacío... pasa tan seguida esa pelicula en mi!..me es inevitable preguntarme donde estoy? donde me perdi?.